domingo, 15 de febrero de 2015

¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI ESTADO DE ÁNIMO?



Por Alicia Gutiérrez Jiménez, Psicóloga Sanitaria.

En este artículo vamos a definir lo que entendemos por estado de ánimo, así como los tres pilares en los que se basa, para finalmente dar unas pautas de actuación que favorezcan un estado de ánimo saludable.

“Llevo unas semanas que no me apetece quedar con la familia y amigos, he descuidado mi aspecto y me siento triste”. Este podría ser un ejemplo de una persona que se encuentra con un estado de ánimo bajo.

Cuando hablamos de estado de ánimo nos estamos refiriendo a cómo nos sentimos en un momento determinado, a las emociones que experimentamos como consecuencia de estar viviendo unas determinadas circunstancias. Para que nuestro estado de ánimo sea saludable, debemos disminuir en todo lo posible la frecuencia de experiencias que nos produzcan malestar y aumentar la frecuencia de aquellas que nos son gratificantes.



LOS TRES PILARES DEL ESTADO DE ÁNIMO.

Es importante mantener un equilibrio en lo que denominamos “los tres pilares del estado de ánimo” y que a continuación os expongo:

  • OCIO: son las actividades que realizamos durante el tiempo libre y nos permiten desarrollar áreas de la vida no relacionadas con las obligaciones. Son actividades que gustan mucho y se pueden llevar a cabo solos/as o acompañados/as. Además, nos permiten desconectar de las obligaciones.

  • OBLIGACIONES: son las actividades que realizamos para lograr ser independientes y sentirnos útiles. Para nuestro estado de ánimo es importante que nos sintamos realizados y satisfechos con esta área de la vida, pues dedicamos mucho tiempo y esfuerzo y consecución.

  • RELACIONES SOCIALES: son las relaciones que mantenemos con personas cercanas, como pueden se familia, amigos y pareja. Por naturaleza los seres humanos somos “seres sociales”, por esto para sentirnos bien necesitamos establecer relaciones íntimas con nuestros iguales y hacer que estas relaciones sean satisfactoria para nosotros.

Por supuesto, que se puede ir muy bien en una de estas áreas y el resto estar descuidadas y/o con problemas. Pero ello creará ciertos costes emocionales, como pueden ser irritabilidad, ansiedad y problemas con los demás.


¡LLEGA EL MOMENTO DE ACTUAR!

Es fundamental mantener en un buen estado cada uno de estos pilares, como mantener un equilibrio entre los mismos. Para ello, es importante tener en cuenta los siguientes puntos:


  1. Organizar las obligaciones.
Con ello nos garantizamos en mayor medida su realización, nos permite anticipar posibles dificultades y que no se nos acumulen. Es muy importante que las metas que establezcamos sean realistas, como además, que compensemos las obligaciones y el ocio (por ejemplo, si un día hemos estado muy ocupados, recompensarnos con alguna actividad gratificante para nosotros). Por último, es importante reservar la realización del ocio para después de haber realizado nuestras obligaciones, ya que esta es la mejor forma de garantizar una ejecución efectiva y satisfactoria en ambas.

  1. Organizar el ocio y las personas con las que lo llevaremos a cabo.
Con esta tarea no dejamos en manos del azar su realización. Además, si las planificamos con suficiente antelación y pensando con quien las realizaremos, nos permitirá organizar nuestras obligaciones teniendo en cuenta el ocio y viceversa, como además, cuidar nuestras relaciones sociales.
No debemos olvidar que la planificación de actividades sea variada, pues de lo contrario es muy probable que nos cansemos de realizarlas y su exposición repetida nos produzca que dejen de ser gratificantes o lo sean en menor medida.
Por último, es bueno que seamos flexibles pues en ocasiones pueden surgir imprevistos y haya que modificar nuestro plan.

  1. Identificar los problemas en las relaciones sociales y solucionarlos.
Esta tarea es la más compleja, requiriendo un mayor esfuerzo para mejorarla. Ya que debemos identificar correctamente las conductas que debemos cambiar para relacionarnos mejor, una vez hecho esto, los resultados dependen en cierto grado del comportamiento y las reacciones de otras personas.

Por ello, hay que ser de nuevo realistas y flexibles, en el planteamiento de los objetivos, como sucedía en las obligaciones y el ocio. Así como darse tiempo para adquirir las habilidades sociales necesarias, y para ver los resultados y resultados en nosotros y en los que nos rodean.

   ... recuerde que si la situación continúa, es importante acudir a su especialista.